jueves, 20 de agosto de 2020

Ilustraciones a mano, acuarela, marcador y digital

Carátula de carpeta de residencias, Profesorado Perito Moreno

2020 

Sala Maternal Jardín Cuarto Creciente


Posters conmemorativos
del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia
y del Día de las Infancias
2020
APJAE - Asociación del Personal Jerárquico del Agua y la Energía




domingo, 14 de junio de 2020

Pensamiento


Reflexión
La educación en pandemia y lo que quedará de ella

“Somos olas de un mismo mar,
hojas de un mismo árbol,
flores de un mismo jardín”.

Junio de 2020. Ya llevamos más tiempo dentro de nuestras casas en cuarentenados que afuera en lo que va del año. Eso dicen los que siguen las noticias. También dicen que este año esta perdido, que hasta septiembre no saldremos de nuestras casas, que la escuela a partir de ahora será virtual, que estamos en el apocalipsis. La gente tiene miedo de salir a la calle, de ir a un hospital, de encontrarse con amigos o parientes.
Es verdad que malas noticias hay, el virus existe, la gente se esta muriendo, que los hospitales no dan abasto, que las grandes potencias mundiales están fallando y la solidaridad ganando.
Yo trato de no escuchar el noticiero, ni siquiera tengo televisor. Ahora tampoco escucho la radio, ya que descubrí que los programas de divertimento que solía escuchar están haciendo política, hablando en contra de los antivacunas, hablando mucho de la pandemia. Lo malo esta en todos lados afuera y parece que a la gente le gusta hablar de ello. 
Pero, yo ando por la calle, me gusta observar a la gente, mirar, escuchar a las familias y a mis amigos y ahí descubro que no todo es tan así. Somos millones de personas amontonadas en este momento en este planeta, dentro de casas, barrios, ciudades, pueblos, países, continentes, islas. Pero cada uno es una individualidad en sí misma, en su casa, en su pequeño grupo familiar y de amigos. Y, claro, pasan cosas a nivel mundial que imponen una manera global, este coronavirus que nos obligó a todos a confinarnos en nuestras casas, los que tenemos casas y somos visibles, los que no tienen casas y son invisibles siguen en las calles buscando un techo donde refugiarse y un plato de comida cada día, pero luego cada uno con su individualidad y sus pensamientos y actos a partir de lo que reciben de afuera. Entonces hay pequeños grupos de gente que siguen todas la reglamentaciones rigurosamente desde el día uno, lavan todos los productos que entran en sus casas, sus zapatos, usan máscaras, no salen de su casa por nada; otros, al principio lo hacían pero con el tiempo se fueron relajando y ya no lavan, solo usan el barbijo, salen a pasear al perro cuatro veces al día, charlan con los vecinos; también están los que nunca creyeron en nada y siempre fueron y vinieron por todos lados, ocultos, y que usan su barbijo de barba, por que hay que usarlo, pero luego visitan a muchas personas, se abrazan comparten mate, etc.; y en el medio de todos ellos hay millones de grises, personas que a veces piensan una cosa, otros días otra, diversas opiniones.
Paso un día, no se que número ya, que el presidente dijo: ...“Pueden salir los niños!!! una hora por día”... Y al otro día muy obedientes de repente aparecieron millones de niños en las calles, en las plazas, “circulando”, y los niños se reían. Parecía como si en pleno otoño hubieran salido flores en las calles. Que alegría!! ahí recién note que no estaban antes, que gris que era todo antes. El parque de mi casa se lleno de bicicletas, patines, colores, perros pequeños. Las familias vecinas combinaron y se encontraron, se abrazaban o se saludaban con el codo, charlaban, se reían, había tanto alboroto que en el medio los seudopolicías vestidos de celeste y amarillo con sus silbatos corrían de acá para allá tratando de controlar a la gente. Parecíamos dentro del mejor de los cuentos de María Elena Walsh, dentro de “Dailan Kifki”. Para peor de los casos, apareció una mujer que se le ocurrió llevar un chancho con correa, que divertido ir a verlo, la gente se acercaba, charlaba, se reía y los de celeste con sus silbatos corrían nuevamente de aquí para allá para que no se amontonen.
Descubro que la gente esta más viva que nunca, que esta ansiosa de encontrarse y de reírse, de abrazarse, de compartir; que el otoño está lleno de colores, la naturaleza esta plena, el aire está limpio, los pájaros se creen los dueños del cielo, cantan más fuerte (o será que hay menos ruidos), van y vienen por el aire; que los niños están felices de estar en sus casas con sus padres, jugando, comiendo comidas ricas, mirando películas, y ahora de andar en bicicleta, subirse a los árboles (por que los juegos de plástico de las plazas están cerrados) jugar, jugar y jugar.* También unos abuelos se habían animado a salir y estaban caminando con su familia alrededor del parque. Otros abuelos comenzaron a recibir visitas clandestinas, comen con sus nietos el domingo, juegan juegos, se ríen.
Descubro que hay maestras que se divierten con sus niños a través de sus padres o virtualmente, inventan juegos y maneras de llegar a ellos. Hay familias que disfrutan estar en sus casas con sus hijos, muchos protestan también. Los adolescentes encontraron la manera de hacer la tarea compartida de a dos o tres amigos por el celular. 
También encontré el caso de familias que están con mucho miedo, que tienen miedo de salir a la calle, del “virus invisible”, que salen con anteojos, barbijo y máscara encima. Que no reciben a nadie ni dejan que sus hijos salgan o se encuentren con amigos. Que solo sale uno de los padres cada varios días a comprar y luego lo limpian de pies a cabeza con alcohol o lavandina. Esto lamentablemente también se ve reflejado en los niños que tienen miedo de salir a la vereda, por el bicho invisible que ataca afuera. 
Gracias al artículo de Ramonet me entero de muchas cosas del mundo que no estaba sabiendo, por ejemplo que las guerras están en pausa, que los mercados del mundo están en crisis, que a Donald Trump y Bolsonaro las cosas le están saliendo mal, que China esta recobrándose y manda ayuda solidaria a todo el mundo, que Cuba “hermosa” manda médicos a los países de Europa. Que se está generando un nuevo orden mundial. Que Rusia ayuda a Francia (si reviviera Napoleón) que otros países como Inglaterra y Suecia no quieren compartir y cierran su economía a los vecinos con necesidades. Que Oriente gracias a que tiene en cuenta su experiencia está sobreponiéndose a Occidente.
Los conteiners que manda China con mascarillas, 
respiradores, etc, dicen “Somos olas de un mismo mar, hojas de un mismo árbol, flores de un mismo jardín”, que hermoso. A Argentina llegaron las cajas con ambas banderas diciendo “Los hermanos sean unidos...” 
El mundo se esta dando vuelta. La furia popular le esta ganando al neoliberalismo.
Los gobiernos se están dando cuenta que los sistemas de salud público son fundamentales. La solidaridad debe reformularse en nuevos contratos con mayor integración para aquellas personas que no tienen agua corriente, que están en un barrio sin recursos y encima se quedaron sin la changa o trabajito que hacían a diario por que nadie quiere que entren a sus casas. Los derechos de las mujeres tienen que estar en boca de todos por que ahora pobrecitas están solas encerradas en sus casas con sus torturadores, que no les importa nada, que creen que la mujer es su esclava, que tiene que estar adentro de su casa para cocinarles, limpiarles y tener sexo cuando ellos quieran sin quejarse, sin hablar. 
La gente está dándose cuenta, al fin, de que el planeta no da más de contaminación y explotación pero todavía no toman conciencia plena de los cuidados. No saben todavía que la basura no desaparece cuando se la lleva el basurero, que el aire no se limpia cuando abro mi ventana, que no puedo tirar cualquier cosa por la rejilla que se va a no se donde. Es necesario que miremos un poquito mas de lejos, ¿dónde se va la basura? a un basurero, una montaña de basura, donde niños y personas buscan recursos para comer, vender, etc. Los plásticos quedan ahí por años, los comen animales o quedan atrapados, mueren. El aire esta contaminado en la ciudad adentro y afuera de la casa, por que hay autos, motos, camiones, colectivos y hasta aviones que lo contaminan día a día. Que el agua de la rejilla con detergente, lavandina, desechos químicos de empresas, etc. va a los mares y ríos donde viven como pueden peces, tiburones, ballenas, algas, otra población que no vemos, pero que la estamos matando. También nos estamos matando nosotros por que vamos a tomar esa agua sucia, vamos a respirar ese aire sucio y terminamos comiendo plástico.
Cuando nos vamos a dar cuenta que necesitamos de los árboles, plantas, peces, abejas, niños, que cada elemento que hay en este mundo, orgánico o inorgánico es fundamental para que siga funcionando el planeta.
Bueno, paro con esto por que puedo estar hojas y hojas escribiendo y no es el sentido.
Con respecto a la educación, me parece, leyendo los artículos de Esther Díaz, Phillippe Meirieu y Cárdenas que sí hay una sobrecarga de trabajo a los docentes madres, que hay sobre carga de padres trabajadores con hijos en las casas, que no es lo mismo la virtualidad que la presencia. Que todo ha cambiado. 
Los docentes tuvieron que reformular sus planificaciones, buscar estrategias nuevas para llegar a sus alumnos. Los habrá más creativos o menos. 
Escuché de escuelas privadas1 donde los docentes deben hacer las clases toda la mañana con los alumnos por vías virtuales como si estuvieran en un aula (izan la bandera, reciben las clases, hacen la tarea). Me imagino que además de la inquietud por parte de los directivos, docentes y padres por la educación de los niños de primaria hay una fuerte presión económica por parte de los padres y todo el sistema en general, donde si uno paga la cuota de la escuela quiere recibir una respuesta a cambio y a su vez los docentes deben justificar su sueldo. He escuchado mucha gente quejándose de estar pagando la cuota de la escuela o jardín y al final son ellos los que tienen que enseñar a sus hijos. Como siempre hay muchos grises, habrá personas que tienen el dinero y no quieren pagar por que el trabajo lo hacen ellos, entonces les gusta esta sobre-exigencia de los docentes para con los niños; habrá otros que no tienen el dinero, por que no están trabajando y no pueden pagar la cuota completa o nada y reciben con los brazos abiertos la ayuda escolar de los docentes y con gusto lo hacen junto a sus hijos.
Otras escuelas primarias2 privadas tienen tarea por classroom y clases por zoom todos los días, pero no tan estrictamente. Los niños hacen las clases pero ya están cansados de tanto. Quieren volver a las escuelas y encontrarse con sus amigos y maestros.
Otro tipo de escuelas secundarias públicas3 les mandan a sus alumnos por vías virtuales contenidos en escritos o videos y ellos tienen que estudiar, hacer trabajos y entregarlos en los tiempos que quieran. No se fijan tanto en lo presencial sino en que esté hecho el trabajo. No presionan demasiado a los alumnos ni con los tiempos ni con la calidad de los resultados. Muchos jóvenes cumplen con los trabajos y están ansiosos por “hacer” pero hay muchos que no participan, no los realizan, no responden de ninguna manera.
Niños pequeños en jardín público4 reciben las planificaciones por whatsapp de las maestras para hacer actividades y de 22 niños solo 3 o 5 responden a ellas y las mandan de vuelta. Una vez por semana también tienen clases por zoom que en este caso es muy difícil ya que de 22 niños solo 2 o 3 se conectan. Las maestras trabajan muchísimo pero los niños no quieren recibir de esta manera sus clases, quieren volver al jardín, extrañan a sus maestras. 
Los docentes de escuelas waldorf de primaria5 y 6 tuvieron que articular con las familias las actividades para que estos lleven a sus hijos. Una vez a la semana les mandan a los padres por mail la planificación de toda la semana y los padres son los encargados de llevarle a los niños la actividad, las rítmicas, las tareas. Muchas veces la actividad la terminan haciendo todos en la familia, sea las rondas, las rítmicas, los dibujos, los labores. También dos o tres tardes de la semana la maestra les manda a sus alumnos un cuento que va transcurriendo a lo largo de varios audios, donde los alumnos deben escucharlo y en su cuaderno escribir un resumen y hacer un dibujo. También pasa lo mismo con las clases sea de historia u otras según la época.
También las maestras planifican día a día las actividades según como van respondiendo los niños, como los van sintiendo. Esto posibilita que los docentes ir siendo creativos y trabajar a demanda de las necesidades del niño. 
En el jardín waldorf7 también los docentes van trabajando con las familias. Todos en las escuelas Waldorf tratan de cuidar de que los niños estén en el menor contacto con la tecnología. Son los padres los que reciben los materiales y les imprimen a los niños o hacen de intermediarios ante sus hijos.
En los jardines, si hacen zoom, son charlas con los padres para que les cuenten como están ellos, los niños y la familia en general. En todos los casos de las escuelas Waldorf los docentes llaman a los niños por teléfono para conversar con ellos y ver cómo se sienten.
En las escuelas públicas se comunican pero no tan seguido.
Toda esta información la compilé para hablar sobre hechos concretos de que esta pasando hoy en la pandemia con la educación. En todos los casos los niños quieren que esto se termine, volver a la escuela con sus maestras y compañeros. Sí son los niños mas pequeños los que disfrutan mucho de estar en sus casas con sus papás, de jugar con ellos, cocinar, limpiar, salir a pasear. En la charla de Tamara Chubarosky ella rescata eso como lado bueno de la pandemia, que los padres les dediquen un tiempo de oro a los niños, que sea la mamá, papá, abuela la que les enseñe a escribir, les cuente el cuento, que hagan la ronda con ellos.
Un niño de 5 años, Lolo de una escuela privada, no quiere más la escuela así. No quiere las clases por zoom, no quiere nada que venga de su escuela de esta manera. Solo hace las actividades y se divierte mucho si la mamá lo convoca a la actividad como si fuera una cosa de ella. Citando ahora al artículo de Cárdenas, es irremplazable el vínculo humano, el transferir conocimiento, contagiar curiosidad, la interacción, el ver al otro, sentirlo. Estar con los niños tan pequeños. Ellos sienten más que nosotros que aquellos programas de computadora lejos de acercarnos nos presentan solo un video de nuestra imagen, no transfieren los sentimientos, el alma, la vitalidad. Ellos, los pequeños necesitan la humanidad, el alma de la maestra, su vitalidad. Muchas veces pasa cuando uno esta con niños pequeños que necesitan que estemos al natural, les molesta si estamos arreglados distintos, no les importa que estemos desarreglados por que a ellos les importa el interior. Es lo mismo que pasa en todas las relaciones humanas, salvo que nosotros adultos ya nos anestesiamos y no somos tan sensibles como el niño pequeño. Nos da casi igual estar en vivo que hablar por whatsapp. Pero si en un momento nos encontramos aunque sea en la puerta de un amigo y hablamos en vivo, si somos un poco sensibles nos damos cuenta de la diferencia. No es lo mismo la virtualidad que la realidad.
Es claro que ante una emergencia como la que tenemos, ante la nada la virtualidad es nuestro todo. En este momento en que nos dicen que es imposible acercarse a otro ser humano que no viva con vos me parece que hacer video llamada es un montón. Gracias a Dios que existe la internet y el zoom. Pero si todo vuelve a la normalidad claro que nadie va a volver a preferir un zoom a una cena con amigos. 
Espero que todos los docentes reconozcan que extrañan a sus alumnos, extrañan el aula, espero que nadie prefiera las clases virtuales a las presenciales.
La educación a distancia también genera diferencias, ya que el niño o familia que no tiene los recursos necesarios, sea Wifi, computadora, celular con datos, está en desventaja y no podrá nunca hacer las tareas ni mandárselas a las maestras. Hermosos son los casos que cita Esther Díaz de maestros que van en bicicleta a las casas de sus alumnos a llevarles cuadernillos para que puedan trabajar. O caso de trabajadores sociales, que se acercan a los barrios humildes para llevarles actividades a las familias y los niños. 
¡¡Que contradicción!! ellos sufren por que no tienen los recursos virtuales o los nuevos adelantos tecnológicos pero tienen el beneficio de la humanidad, una persona con hermosas intensiones llega hasta adentro del barrio, hasta la casita en la montaña a visitarlos, se sienta a su mesa y los ayuda en las tareas, quizás los abraza, se ríe, come una torta con un té y se va en su bicicleta.
Quien crea que tener clases por zoom y classroom es preferible a la visita del maestro, hacer dibujos a mano, escuchar un cuento de sus padres o cuidadores, aprender a escribir las letras dibujando, creo que es quien se beneficia económicamente con esos programas, no encuentro otra respuesta.
Trato de ver las cosas un poco mas de lejos y ver que esto es otra pandemia o epidemia en la historia de la humanidad, que solo nos esta llevando hasta ahora escasos meses dentro de los 2020 años que llevamos desde Cristo (otros 5000 anteriormente) la mayoría en condiciones bastante confortables, que al menos en nuestro país esta bastante controlada la pandemia. Me pienso el año que viene, 2021, cuando esto sea una anécdota más, cuando todo haya pasado y veamos que casi todo volvió a su curso, que los niños volvieron a las aulas, que seguro habrá cambios. Espero que la gente sea más social, que siempre nos acordemos de aquel que esta en condiciones inferiores, que vive en la calle, que no tiene trabajo seguro. Espero que tomemos conciencia de nuestro planeta, de cuidarlo. Espero que los padres hayan disfrutado tanto con sus hijos que sigan leyéndoles cuentos y haciendo juegos y rondas. Espero que nos acordemos más de nuestros abuelos. Y espero que a nivel mundial la economía sea mas equilibrada. 
Espero que la gente se abrace más y recuerde este momento cuando estábamos separados.

Un abrazo virtual, Carolina Berdiñas.

* La alegría que sentí cuando ví a los niños trepados a los árboles por que cerraron la plaza de plástico para que no se amontonen fue tan inmensa que lagrimee. Dije, es verdad lo que yo pensaba, esta es la naturaleza que se está vengando de los humanos, tan superados con su plástico.
1 Escuela Manuel Belgrano de Belgrano, 5to grado.
2 Escuela La Aldea, pedagogía alternativa en Nuñez, 6to grado.
3 Escuela secundaria pública Nelly Ramicone, 2do. año.
4 Jardín 918 de Munro, sala de 3 años. 
5 Escuela Waldorf Perito Moreno 3er grado.
6 Escuela Waldorf San Miguel Arcangel, 8vo año.
7 Jardín de infantes Waldorf Cuarto Creciente, sala integrada.

lunes, 30 de abril de 2018

Ilustración y Diseño

Trabajadora externa
Postales para redes sociales 2018
Ministerio de Salud - Presidencia de la Nación - Dirección de VIH-sida y ETS 





Diseño gráfico de publicaciones y juego

2016 - 2018
Ministerio de Salud - Presidencia de la Nación
Dirección de VIH-sida y ETS 
Trabajadora externa 
https://issuu.com/caroberdi/docs/guia_promotores_de_salud_2016_issue
https://issuu.com/caroberdi/docs/rotafolio_agosto_2016_issue

Diseño gráfico e ilustración


2017
Ministerio de Salud - Presidencia de la Nación
Dirección de VIH-sida y ETS 

Trabajadora externa

Diseño de fiscel del preservativo y gel íntimo

hola

Ilustración y Diseño

Posters para la Escuela Waldorf Semilla Dorada 2023